jueves, 30 de junio de 2016

La vuelta a los Mallos o el Sendero del cielo


"Un mago nunca llega tarde ni pronto, llega justamente cuando se lo propone." Gandalf el Gris.

En esta ocasión hemos decidido darnos una jornada de relax y disfrutar con el perro de un paseo por cerca de casa. Nos decantamos por una vuelta a los míticos Mallos de Riglos, referentes a nivel mundial de un tipo de escalada muy particular y cuna de la época dorada de la escalada en Aragón. Aquí se forjaron personajes míticos y leyendas vivas como Rabadá, Navarro, Ursi, Jesús Ibarzo, Cintero... Gente de otra época y de otro planeta, solo hay que intentar repetir sus vías y pensar con los medios que contaban para darse cuenta de la magnitud de sus hazañas. 
Podríamos hablar tanto y tanto de vías míticas como la primera al Puro, la Galletas, la norte al Puro, la Carnavalada, el Espolón del Firé, Serón-Millán... 

Entre lo que atraen y que Isabel no recordaba haber estado nunca debajo de los mallos, nos dimos el gusto de cambiar los pies de gato por las zapatillas y darnos un paseo en un día agradable de temperatura por su base y luego por su parte trasera. Digo que no recordaba por que de pequeña ya estuvo con sus padres andando por aquí. 

Lo malo que tiene pasear por Riglos es que se te ponen los dientes tan largos que luego tienes que volver, como así hicimos el otro día, y tirarte unos largos.

La ruta en sí está perfectamente marcada y no tiene perdida alguna, además permite disfrutar de unas vistas de impresión y de una jornada muy muy agradable. Evitad los días de mucho calor eso sí, que el sol en Riglos pega de verdad.
Los datos técnicos son los siguientes:
- Ruta circular 5,3 kms.
- Desnivel: + 385 y -385 mts.
- Altitud máx: 1024 mts.



Dejamos el coche en uno de los estacionamientos, es fin de semana y está hasta arriba. Preparamos el material, fundamentalmente los bocadillos y el resto de viandas. La vista de los mallos desde el propio pueblo sobrecoge. Ya desde aquí podemos ver cordadas en la Visera, el Espolón del Adamelo... Entramos al pueblo y seguimos la ruta de la GR1 que gira a la derecha hacia los mallos pequeños y la aguja Roja. Las vistas de los mallos, si nunca habéis estado, os dejarán con la boca abierta. Poco a poco iremos avanzando y se recortará el puro, raro es el día que no sube alguna cordada a su cima. Justamente unos estaba llegando a ella.



No hay que dejar las marcas rojas y blancas hasta superar el mallo Colorao (o el muñeco de nieve que le llama Isabel), la ruta pasa justo a su derecha. Aquí vemos a tres cordadas disfrutando de sus largos asequibles, eso sí con un sol de justicia. En el propio camino que vamos siguiendo está el desvío marcado con un poste y con hitos, a la izquierda obviamente. Ahora empieza una subida constante con marcas azules, que nos dejará tras 300 mts de desnivel en el mirador de Bentuso y en una pradera de hierba arriba, ideal para tomar algo y tumbarse a lo Bartolo ( jejejeje ).




Después del descanso sólo hay que seguir el marcado descenso que nos dejará en algún otro mirador y nos llevará directos hacia los Mallos Pisón y Firé. No coger otros desvíos hacia la Peña o Murillo. Por la tarde zona de sombra en el firé y vemos a dos cordadas dándolo todo en la Directa as Cimas y en la mítica Rabadá y Navarro al espolón del Fire. Qué maravillosa y cómoda excursión para desconectar un poco al lado de casa. Bajamos sin prisa haciendo fotos y disfrutando mucho del paisaje.



Y lamentablemente se nos ha acabado la ruta. Estamos a los pies del Pisón viendo a alguna cordada bajar del puro y echándole un ojo a los Boulders de aquí y a los futuros proyectos. Los mallos son como un potente imán que te atrapa y ya no te suelta. Sólo con mirarlos crecen las ganas de subirlos. De probar su peculiar estilo de escalada. De agarrar presas por donde se ha escrito la historia de la escalada moderna en Aragón y en España. De disfrutar como los buitres del vacío bajo tus pies. De volver una vez tras otra.


Parada en el refugio a tomar una cerveza y volvemos rumbo a casa. Una imprescindible de los paseos sencillos. No os la podéis perder.

viernes, 10 de junio de 2016

Peña Rueba, Los IIIº también existen (340 mts, Vº)


" We come from nothing, we are going back to nothing. In the end what have we lost? NOTHING!". Graham Chapman. Monty Python.

Mi hermano ha empezado a entrenar en un tablero, en Palencia donde vive, y se está volviendo un fanático. Consigue sacar dos días libres en el trabajo y me plantea venirse para aquí y escalar lo que podamos esos días. Uno lo tengo claro, nos iremos a Morata a hacer algo de deportiva y a enseñarle cosas, pero para el segundo día tengo mis dudas. No lo he visto escalar aún desde hace tiempo, así que de momento no tengo un plan cerrado. Pero vista la meteo, la cercanía y lo bonito y sencillo de la vía me decido, atendiendo del consejo de Isabel, por esta vía equipada por Sendero Límite hace unos años y un clásico de la baja dificultad para iniciarse en la tapia equipada.

Croquis sacado de la Noche del Loro (Luichy)
En Morata ( las torcas de Chodes para ser exactos) un disfrute de mañana. Nos hacemos 8 vías y mi hermano encadena al flash un V+ y un Vº a vista. Menudo salto cualitativo, el año pasado voló en la misma dificultad y no hizo nada de primero. Disfrutamos mucho y nos paramos en el 6a que ya se le hace grande aunque lo acaba con toda la dignidad que puede después de la paliza. 

Pero vamos al lío. El acceso ya lo he descrito en otras ocasiones, llegamos hasta Murillo de Gallego, antes de salir del pueblo, junto a un parque infatil giramos a la izquierda, seguimos por la calle asfaltada y antes de entrar en el pueblo de nuevo cogemos una pista a la derecha, luego cerca de los depositos otra vez a la derecha y a buscar un sitio para estacionar. La senda de acceso a Rueba marcadísima. Esta pasamos la sendero Límite y seguimos rumbo hacia la ferrata sur hasta un mojón que sube vertical a pie de vía. En la pared una marca III.E. No tiene pierde y es por donde ves a la pared del mallo de la Mora tumbar.


No voy a describir los largos puesto que carecen de dificultad real, empalmamos todos los que pudimos (todos menos el tercero) y mi hermano disfrutó como un enano. El largo 3º es el más bonito de la vía con un poco de vacío en algún momento, pero con buenos pies para ir subiendo relajado. A mi bro le impresionó el patio y le temblaron un poquillo las canillas pero se repuso rápidamente y seguimos disfrutando de las vistas y de la relajada escalada. Al final roca más suelta, tened cuidado si hay cordadas debajo. Desde el largo 5 la hice en zapatillas que se va mucho más cómodo y el amable grado lo permite.





Llegamos en emsamble a la cima del Mallo de la Mora, un pequeño paseo hasta el collado y decidimos subir hasta arriba. El primer largo ahora está equipado con una maroma cosa que facilita y acelera la salida hacia la ferrata sur. Luego un pequeño paso algo expuesto de IIIº+ el cual vale la pena asegurar. Y de ahi a la cima un paseo por sendero bien marcado.
Vistas preciosas del Pirineo Nevado, con Collarada en primer plano y una fantástica perspectiva del perdido a la derecha. Por supuesto Riglos y su omnipresentes mallos.




La bajada relativamente cómoda por la ferrata aunque el sol ya aprieta. Esta vez no pasamos sed he porteado demasiada agua jajajajajaja. Llegamos abajo sin problema alguno y sin mayores inconvenientes. Y decidimos correr hasta el coche, que lo que se sube andando se puede bajar corriendo. Bocadillo de jamón con tomate y corriendo para casa que tenemos reunión familiar.

Ha sido un verdadero placer otra vez compartir esta escalada con el titán de mi hermano que poco a poco se está convirtiendo en un montañero de pro. La elección de la vía no podía haber sido más adecuada (gracias Isabel por convencerme de no meterlo en un marrón más gordo) y la hemos disfrutado de principio a fin. Mi hermano no paró de repetirlo. Me siento muy orgulloso de mi familia cuando hace estas cosas, mi sobrino escalando, mi sobrina que empieza ahora, mi hermano corriendo y subiendo montañas. Cuando nos juntamos todos un día para esquiar en Cerler... La culpa de meterles el gusanillo es mía y es la mas dulce de las culpabilidades que se puede tener.
Seguiremos haciendo cosas siempre que se pueda y siempre que podamos juntos.

Un saludo a todos. Nos vemos por ahí arriba. 

miércoles, 1 de junio de 2016